martes, 12 de mayo de 2015

El fín del gatopardismo...



Ante la confusión...la casta política ha optado por refugiarse en lo que sabe, los acuerdos a espaldas de la ciudadanía. Pues si algún sentido tiene el actual cambio de gabinete, que no cambia en nada la crisis de legitimidad del sistema político, es darse un tiempo que le permita a través de los recursos políticos ocupados durante los 90´ pactar la proyección de la gobernabilidad del modelo. 

Para eso están los Burgos, para eso están los ex diputados Insunza y Díaz para coordinarse de mejor manera con la ultraderecha que se encuentra en las catacumbas de la aprobación política: un 16% según la última Adimark. Las ya moderadas reformas impulsadas por el llamado bacheletismo, se diluirán aún más, ahora que la voz de la DC tendrá la voz cantante del gobierno para entenderse con la Alianza. Reforzado por los operadores políticos de Enrique Correa, que buscaran retomar la politica de los consensos para mantener la vinculación del dinero y la política que tantos frutos personales y familiares les ha dado.

Falta saber cual será la posición de la llamada izquierda de la nueva mayoría en particular sus partidos PC, IC, MAS que en terminos programaticos verán diluídas sus apuestas políticas aunque en el caso del PC con un nuevo ministerio, donde administrará la política social subsidiaria y focalizada que diseñara por los 70' Miguel Kast, al menos en el infierno -donde seguramente debe estar- con Jaime Guzmán y Pinochet deben estar muy sonrientes...

 El fracaso del timorato proyecto gatopardista de la Nueva Mayoría no tiene excusa como en los 90' en una derecha golpista y el peligro de la regresión de los militares a la Moneda. Independientemente de lo antidemocrática que sea la derecha chilena, los problemas reales de la Nueva Mayoría provienen precisamente de la colusión entre política y dinero en que gobernó desdes 1990 en adelante. Su vinculación con casos como SQM y Caval provienen de la naturalización de la lógica mercantil a la esfera de lo político. 

Lo contradictorio en todo caso, es que precisamente los sectores más conservadores de la vieja concertación que representan el compadrazgo y subordinación de la política a las grandes empresas, sean las que se instalaron a sus anchas en la Moneda. Son ellos, el timido y erratico manejo del gobierno de las reformas a espaldas de los Mov.Sociales, lo que ha llevado a altos grados de desaprobación política del gobierno, pues no se pueden hacer cambios a contrapelo de sus propios impulsores. 

Frente a esta situación es que los Movimientos Sociales no tienen nada más que esperar del nuevo gobierno, más que represión dado el prontuario de Burgos...y es precisamente, frente a la cerrazón de los poderosos a las demandas sociales, que el único camino para avanzar es ampliar y unir las luchas sociales. Construir una nueva fuerza social y política con la capacidad y vocación real de poner coto al control empresarial de la vida social, pues la Nueva Mayoría ya demostró su propia incapacidad y voluntad.