En la medida que se amplia la investigación de la arista llamada Soquimich, se revela ante el país como el gran empresariado controla a la casta política (Alianza-Nueva Mayoría) más allá de las cortapisas institucionales consabidas: sistema binominal, leyes de quorum calificados, tribunal constitucional, sistema de financiamiento de campañas políticas y buena parte de la llamada transición con senadores designados.
Toda esa arquitectura institucional pensada e impuesta bajo la dictadura, para que el sistema politico sea funcional a los intereses de los grupos empresariales creados bajo los procesos de privatización de las Empresas Públicas en los 80`, se vería complementada por la vía del financiamiento ilegal de campañas en la trancisión democrática, de ese modo, se podría mantener y proyectar el modelo económico neoliberal y su institucionalidad.
La investigación sobre las relaciones de corrupción entre dinero y política (PENTA Y SQM), nos permite releer nuestra historia reciente de otro modo, pasamos del relato del exitismo neoliberal al relato del como se construyó y se sostiene la desigualdad en Chile. Porque resulta necesario a la luz de los hechos, consignar que los productores y reproductores de la desigualdad en Chile se encuentran en la política binominal, en el congreso, en las alcaldias y gobernaciones y por cierto: en la Moneda.
De lo que se deduce, que de esta situación no se puede salir desde los mismos actores políticos que son parte de la crisis, que hoy en día los únicos que pueden levantar la voz contra la corrupción son todos aquellos chilenos que no han sido parte de la comparsa binominal que ha sostenido tanto abuso y protección a los intereses de los poderosos.
También por cierto, aquellos que honestamente creyeron en ideales y ante la inexistencia de alternativas plausibles terminaron apoyando a la Nueva Mayoría, pero que hoy frente a la evidencia creen necesario un cambio profundo que termine esta relación corrupta entre dinero y politica que no puede sino significar el fín de la actual institucionalidad, su casta política y la hegemonia empresarial sobre la sociedad.
Por que no es posible seguir tolerando que esta Casta Política continue legislando en el Congreso como si aquí no ha ocurrido nada, es fundamental articular un Movimiento Social que impugne en las calles a todos los políticos involucrados en el caso PENTA y SQM y que se constituya en parte de la articulación de un proceso constituyente en el país.
Pues no basta con que los que han gobernado hasta aquí, no puedan seguir gobernando como hasta aquí lo han hecho, ni con que los de abajo no quieran vivir como antes. Tiene que articularse una fuerza social y política, expresión de la unidad de los Mov.Sociales contra la politica-empresarial corrupta y por una Asamblea Constituyente desde la ciudadanía.
Son los Movimientos Sociales los llamados a ejercer su rol histórico transformador, son los Estudiantes quienes no pueden entregar la reforma educacional a las manos del congreso y un gobierno cooptado por el interes empresarial. Son los Trabajadores los que no pueden permitir una reforma laboral pro empresarial como la que impulsa el gobierno, son los funcionarios públicos precarizados quienes deben cambiar su relación con el Estado y autonomizarse de los partidos politicos binominales, su cooptación y luchar.
En fín, es necesario que los sectores sociales subalternos impulsen procesos de ilegitimación de la actual institucionalidad, para cambiar las correlaciones de fuerza en la sociedad expresada en una Nueva Constitución emergida del proceso de lucha social y no de un acuerdo cupular entre los parlamentarios de PENTA y SOQUIMICH que permita imponer un manto de impunidad a la corrupción develada en base a una nueva institucionalidad en la medida de lo posible.
Solo el horizonte Constituyente desde la Ciudadanía y en las calles permitirá superar a la casta politica, su institucionalidad y la hegemonía empresarial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario